sábado, 7 de julio de 2007

Cuando estuve en el mar era marinero

Cuando estuve en el mar era marino este dolor sin prisas. Dame ahora tu boca: me la quiero comer con tu sonrisa. Cuando estuve en el cielo era celeste este dolor urgente. Dame ahora tu alma: quiero clavarle el diente. No me des nada, amor, no me des nada: yo te tomo en el viento, te tomo del arroyo de la sombra, del giro de la luz y del silencio, de la piel de las cosas y de la sangre con que subo al tiempo. Tú eres un surtidor aunque no quieras y yo soy el sediento. No me hables, si quieres, no me toques, no me conozcas más, yo ya no existo. Yo soy sólo la vida que te acosa y tú eres la muerte que resisto.
Jaime Sabines

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto me recordó a una canción,... am no recuerdo el nombre... pero es una k dice si yo fuera farolero, no sé k (bueno es una k no es de mi gusto,pero se parecen las letras -creo-)

bonito poema.